Esto es lo que pasa en tu cerebro si bailas con regularidad, según la neurocientífica Nazareth Castellanos (2024)

Si fuéramos conscientes de la magia que se obra dentro de nosotros cuando bailamos, seguramente, nos importaría un pimiento ese absurdo pudor que nos impide hacerlo, machacándonos con la idea de que no lo hacemos bien. Y eso es, precisamente, es lo que se han propuesto Gisela Schwartz, fundadora de Danzar y Conectar, y la neurocientífica Nazareth Castellanos, ayudarnos a deshacernos de los pensamientos limitantes a través de la experiencia y de la ciencia, tal y como pudieron comprobar los asistentes al encuentro que organizaron el pasado domingo en la Academia de Rafa Nadal (Manacor, Mallorca).

Esto es lo que pasa en tu cerebro si bailas con regularidad, según la neurocientífica Nazareth Castellanos (1)

"Soy bailarina de toda la vida. Lo llevo en mi ADN. Comencé a bailar a los tres años y no paré de hacerlo hasta que, llegada a la edad adulta, la vida me llevó por otros derroteros. Pero la danza estaba dentro de mí y, casi cuatro décadas después de dejarla, decidí retomarla. Junté, en mi Buenos Aires natal, a algunas de mis ex alumnas para ver qué pasaba y, nada más comenzar a sonar la 'playlist', nuestros cuerpos volvieron a rememorar las secuencias y movimientos de las clases de jazz de nuestra adolescencia. Se produjo la magia de volver de un plumazo a los 16 años y descubrimos que el brillo de nuestras miradas y la pasión por bailar estaban intactos. Se corrió la voz y, tras ese primer encuentro, hubo muchos más a los que, cada vez, se sumaban más mujeres. En Buenos Aires, en Miami, en Londres, en Madrid, en Valencia... Así fue cómo nació Danzar y conectar, porque eso es lo que hacemos: conectar, a través de la danza, no solo con otras personas sino con nosotras mismas", relata Schwartz.

Bailar, asegura, "tiene un efecto terapéutico muy poderoso. No se necesita más que poner una música que nos guste mucho y empezar a acompasar el ritmo con el pie o la mano para empezar a sentir cómo nuestro cuerpo se inunda de buenas sensaciones. Aquí no se trata de hacer una coreografía perfecta o de levantar la pierna hasta la cabeza... ¡Todos podemos bailar".

Sobre los efectos, más que terapéuticos, mágicos de la danza lo sabe todo (y más) Nazareth Castellanos. "Si comprendiéramos todo lo que se mueve en nuestro interior cuando bailamos, no dudaríamos en abrir esa puerta y contemplaríamos el baile como un bálsamo que nos alivie en ciertos momentos en los que estamos pasando mal o, incluso, como forma de mejorar nuestra salud mental".

Del baile, asegura Castellanos, "ya se conocen de sobra sus beneficios cardiovasculares, digestivos, psicológicos, etc., pero yo me voy a centrar en lo que se refiere al cerebro". En concreto, para empezar, esta neurocientífica se focaliza en las bondades que supone para un área muy concreta, porque "la danza fortalece la corteza somatosensorial".

Dicho así, la verdad, puede que no nos enteremos de mucho (o de casi nada), pero un buen comienzo sería "situar la corteza somatosensorial en la zona media de nuestra cabeza, esa en la que nos ponemos las diademas".

O contar que esta área cerebral "da cuenta de lo que está pasando fuera de nuestro cuerpo, de las sensaciones, la postura, el movimiento, la temperatura, etc. No solo es importante para percibir que alguien nos ha tocado el brazo o que una comida está caliente, por ejemplo, sino que, también, que también está directamente involucrada en la forma en la que yo percibo lo que está pasando".

Pues bien, diversos estudios han constado que "aquellas personas que bailan de forma regular -ojo, independientemente de cómo lo hagan- fortalecen su corteza somatosensorial. ¿Eso qué significa? Que, en esa zona, se incorporan más neuronas y se potencian sus conexiones, lo que supone una gran ventaja de cara a afrontar la pérdida de neuronas que se produce con la edad". Pero aún hay más, "bailar también mejora la coordinación entre las neuronas, lo cuál, lógicamente, hace que sean capaces de ser más eficientes y ordenadas en el desempeño de sus funciones".

Todo eso ayuda, también, "a tener una mejor consciencia corporal, a ser más conscientes de nuestras emociones, a situarlas en nuestro cuerpo".

¿Por qué es importante saber dónde se ubican las emociones en el mapa de nuestro cuerpo y por qué resulta tan interesante la consciencia corporal? "Para responder a esas preguntas tendríamos que remontarnos 30 años atrás para bucear en los trabajos de Antonio Damasio, cuyo marcador somático nos revelaba que tener una mayor consciencia corporal nos ayuda a tomar mejores decisiones".

¿En qué basaba Damasio sus conclusiones? "Pues, entre otras cosas, en que la consciencia corporal nos ayuda sobre todo a distinguir una emoción de otra y a localizar una emoción frente a otra. Pero, sobre todo, nos ayuda a predecir las emociones que se están preparando dentro de nosotros. El cuerpo actúa como predictor de lo que se denominan potenciales preparatorios, de lo que está a punto de ocurrir y ,si no le escuchamos, nos acabará por explotar".

Por tanto, sostiene Castellanos, "cuando tenemos que tomar una decisión que involucra una emoción sería interesante, al menos, saber qué emoción nos está ocupando. Suelo decir que el cuerpo no sabe dónde ir; el cuerpo dice dónde estamos, lo cuál es clave para saber hacia donde dirigirnos".

¿Qué más ventajas tiene ser más conscientes de nuestra postura? "Está mas que demostrado que podemos pasar el día entero sin darnos cuenta ni una sola vez de cómo es la postura de nuestro propio cuerpo. No nos paramos a contemplar cómo estamos o de qué manera puede corregir la forma en la que nos sentimos. Diversas investigaciones, ya desde hace tiempo, refrendan que corregir la postura corporal nos ayuda, y con esto no quero decir que sea algo determinante o en exclusividad, a lo que se llama la migración del estado de ánimo, aumentando las emociones positivas, mejorando la autoestima e incrementando los niveles de felicidad".

Dar cuenta de "cómo está mi postura corporal para ver cómo estoy y qué es lo que está generando en mí es esencial para intentar cambiar".

Y, por supuesto, esa consciencia postural es clave a la hora de prevenir caídas llegados a la vejez. "Porque uno de los principales sistemas que empieza a deteriorarse a partir de los 60 años es el del equilibrio. ¿Qué podemos hacer para que nuestro propio cuerpo sea capaz de predecir lo que va a ocurrir y corrija la postura para evitarlo? Reforzando ese sistema de control de la postura que requiere de un movimiento rápido y equilibrado. Y, tal y cómo demostró Bettina Bläsing y su equipo en 2012 , practicar danza con regularidad mejora el control de la postura corporal. O, como quedó patente en un estudio capitaneado por Nicola Veronese en 2017, las personas que bailan con regularidad se caen menos".

Cuando bailamos, explica esta neurocientífica, "el cerebro optimiza nuestra relación con nuestro propio cuerpo. Es decir, tiene más presente donde está, para equilibrarlo, algo que es esencial para manteneros de pie. Aunque no lo percibamos, el simple hecho de mantenernos erguidos implica que llevemos a cabo toda una serie de micromovimientos para mantener el equilibro, algo que para el cerebro es una enorme ejercicio. Porque, a pesar de que haya pasado muchísimo tiempo, evolucionar hacia el bipedismo o la bipedestación supuso un hito del que todavía nos está pasando factura".

Otra de las cosas maravillosas que nos aporta bailar, continua, "es que, cuando lo hacemos, estamos aquí, en el presente, algo que resulta tremendamente complicado tal y como podemos experimentar, por ejemplo, cuando tratamos de meditar".

Estar en el momento presente, a nivel psicológico, nos hace estar bien. "Nos hace perder la noción del paso del tiempo, algo que a mí me parece fascinante. Bailar consigue mucho eso , que estemos aquí, que estemos en el presente que estemos centrados en lo que es esto. Es más fácil estar en el presente, cuando estamos disfrutando sin exigencias".

Nazareth Castellanos no quiere dejarse ningún beneficio del baile en el tintero: "Potencia las funciones cognitivas; aumenta la motivación; mejora la actitud, el comportamiento y el estado de ánimo; combate la ansiedad; reduce el dolor crónico y potencia las conexiones sociales. En una sociedad como la nuestra, en la que la soledad se ha convertido en una pandemia global, hacer cosas que nos muevan y que nos hagan sentir al otro, también es muy importante. Bailar hace que aprendamos a incorporar al otro y que fortalezcamos los mecanismos de empatía y de comprensión, no solo hacia los otros, sino también hacia nosotros".

Hasta aquí, la ciencia. Ahora toca dejar paso a la experiencia y recordar las palabras de Gisela Schwartz: "¡Todos podemos bailar!".

Esto es lo que pasa en tu cerebro si bailas con regularidad, según la neurocientífica Nazareth Castellanos (2024)
Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Arline Emard IV

Last Updated:

Views: 6220

Rating: 4.1 / 5 (72 voted)

Reviews: 87% of readers found this page helpful

Author information

Name: Arline Emard IV

Birthday: 1996-07-10

Address: 8912 Hintz Shore, West Louie, AZ 69363-0747

Phone: +13454700762376

Job: Administration Technician

Hobby: Paintball, Horseback riding, Cycling, Running, Macrame, Playing musical instruments, Soapmaking

Introduction: My name is Arline Emard IV, I am a cheerful, gorgeous, colorful, joyous, excited, super, inquisitive person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.